PRESENTACIÓN

Queridos bloggeros, teneis el privilegio de tener ante vuestras pantallas un blog que puede revolucionar la educación. Las encargadas de esta maravillosa y compleja tarea somos cuatro alumnas de 1º E, Magisterio Primaria(U.M.A).


Esta arriesgada tarea no sería posible sin la ayuda de dos grandes profesionales que nos aportarán ideas y nos ayudarán a involucrarnos en ella, con el objetivo de que esto no sea papel mojado en un futuro.
Antes de empezar nuestro proyecto, queremos agradecer a nuestros profesores/as que nos hagan reflexionar sobre la educación y nos hagan partícipes de ello.
Para concluir:

-Marina se encargará de la organización escolar, la biblioteca y la cultura.

-María Guirado va a llevar a cabo de la interculturalidad y la motivación.

-María Loza se encargará de selectividad y de las necesidades educativas especiales.

-Isabel María se va a encargar de la disciplina y la metodología.

Un saludo y esperamos ansiosas vuestros comentarios y críticas constructivas.



martes, 29 de mayo de 2012

Para educar, sobran las calificaciones


Las calificaciones, en educación obligatoria, clasifican, jerarquizan y discriminan.
Las notas son social y éticamente injustas.

Una mala calificación no depende sólo del alumnado, puede deberse al entorno familiar, a los métodos de enseñanza de los maestros/as,etc.
No se puede calificar a unos niños/as, de buenos y malos estudiantes por una simple nota.
Lo que verdaderamente importa no es una nota, sino, que los alumnos aprendan los objetivos que los profesores se proponen a principios de curso, que aprendan con ilusión y motivación, sin presión por aprobar o suspender un examen.
Sería una buena propuesta para el sistema educativo, enseñar sin calificaciones. Así los alumnos aprenderían mejor, con más interés y tranquilidad, sin presión por estudiar el tema que entra para el examen.

Las calificaciones no favorecen la tarea de enseñar ni resuelven los problemas del aprendizaje. La amenaza del suspenso no es eficaz para provocar el deseo de aprender. La motivación debe emanar de las propias actividades.

Tener una buena calificación en un examen no significa que ese alumno haya comprendido todos los contenidos de una asignatura, es cierto, que una buena nota puede motivar al alumno a estudiar más para el próximo examen, pero esa nota no nos dice si el alumno ha aprendido realmente, pues lo habitual que se hace para aprobar un examen, es estudiar de memoria lo que va a entrar sin importar la compresión.
Por ello la mejor calificación, es que los alumnos trabajen y comprendan los contenidos de cada materia, que realicen trabajos en grupo para luego exponerlo, que busquen información, etc.


El que no todos los estudiantes obtengan el título de graduado constituye una injusticia.
La educación obligatoria y comprensiva debe estar exenta de titulación.

Los alumnos que hayan podido superar con éxito todo los cursos escolares se merecen un título como recompensa, en el cual, se reconozcan los méritos escolares de cada uno.
No todos los alumnos obtienen el título de graduado a la misma vez, ya que cada uno tiene un ritmo de aprendizaje diferente; pero no por este motivo, la persona que tarde más en conseguir el título, no tiene derecho a obtenerlo ya que todos merecemos un reconocimiento académico.


Segregar a los peores estudiantes podría mejorar el “nivel” de la minoría, pero reduce el del conjunto de la sociedad.
Una sociedad es tan avanzada como lo sea el último de sus ciudadanos.

No es correcto esta segregación, ya que si se lleva a cabo, se provocaría un aumento mucho mayor de fracaso escolar porque no sienten motivación por destacar entre los mejores.
En el caso de que a este grupo lo mezclen con los “mejores” se motivarían más, ya que verían que los demás tienen metas y objetivos mucho mayores a los que tienen ellos. Entonces, se motivarían por el estudio.

Democratizar la escuela es tener la oportunidad de participar activamente en ella sin sanciones.
Las diferencias de capacidad y de origen social no pueden ser un motivo de segregación.

La libertad de expresión se debe llevar a cabo pero hasta un cierto punto, ya que aunque hay libertad, pero siempre respetando cada uno sus roles, es decir, profesor-alumno;alumno-profesor.
Las segregaciones en la escuela no se deben realizar debido a que aumentaría el fracaso escolar, a la vez que aumentaría las buenas notas ya que no se verían influidos por el grupo de “los malos”.
Pero lo que el sistema educativo pretende es que haya igualdad para todos, sin tener en cuenta el ritmo de aprendizaje del alumnado, el tipo de razas y culturas, …


La evaluación debe consistir en orientar a nuestros alumnos y nuestras alumnas sobre cómo pueden mejorar. También supone analizar nuestro propio trabajo docente para encontrar cooperativamente, profesorado y alumnado, respuestas más adecuadas a los problemas del aula.

La evaluación es como un seguimiento que el profesorado realiza para saber si la metodología que está llevando a cabo es la correcta o no, y de esta manera, saber si debe cambiarla.
Este análisis no solo es para los alumnos que comprueban la evolución de su rendimiento escolar, sino también para los profesores. Por ejemplo, si en un aula, al realizar un examen hay pocos suspensos, el problema es de los alumnos que no han estudiado suficiente; si al realizar un examen, toda la clase suspende, el problema ya no sería de los alumnos sino del mismo profesor.
En ambos casos, las medidas son llevadas a cabo por el docente, ya que cada uno de ellos tiene la obligación de dar todas las respuestas adecuadas y de solucionar todos los problemas que en su clase se van ocasionando según va transcurriendo el curso.











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