Capacidades
docentes para una buena enseñanza
Sobre este artículo facilitado por nuestra profesora de
didáctica General: Carmen Cruces, tenemos que comentar varios aspectos y temas
interesantes:
Empecemos por el principio: ¿Cómo definir al “buen docente”?
Es verdad que “cada maestro tiene su librillo”, como bien dice el dicho, pero
también es verdad que hay mejores y peores docentes. Aunque no pensamos al cien
por cien así, porque es verdad que términos como bueno o malo son relativos,
para una persona puede ser buena una cosa, que otro puede dar por mala. Esta pregunta remite a la capacidad de
conseguir resultados adecuados a la habilidad de obtener más o mejores logros
en los estudiantes. La efectividad del docente parece estar vinculada
directamente con la actividad de enseñanza, pero también con la situación
socio-económica de los maestros y profesores, con los factores contextuales que
afectan su trabajo y con la valoración social de su tarea.
Nos centraremos en las capacidades docentes para una buena
enseñanza.” La capacidad de enseñar” es lo que debe saber y poder hacer el buen
docente, y se centra en el desempeño del profesor en el aula (enseñanza) y en
su conducta y relaciones profesionales (con colegas, padres, comunidad, sistema
educacional)
Un buen profesor debe
de conocer las necesidades de sus alumnos, tratar de solventar sus problemas, alegrándose
por sus logros y preocupándose por sus necesidades.
El profesor debe
mostrarse cercano al alumno, debe ser un mediador y un transmisor de información, que no sólo
enseña sino que también educa, facilitando lo máximo posible la adquisición del
aprendizaje, utilizando recursos variados que cubran las necesidades
sensoriales de sus alumnos con habilidades visuales, auditivas…, que atienda a
la diversidad y que transmita valores morales a sus estudiantes para hacer
posible la convivencia en la sociedad.
Un profesor debe ser
creativo, huir de la monotonía, para motivar y sorprender a sus estudiantes,
conseguir que a sus alumnos les guste lo que están aprendiendo, y que tengan
interés en saber cada día más es una de sus principales metas.
Según un estudio que
realizaron Vaillant y Rossel las características de los docentes efectivos son:
docentes comprometidos con su labor, con amor por niños y adolescentes, con
conocimientos pedagógicos adecuados, que utilizan diferentes modelos de
enseñanza, que colaboran con sus colegas y reflexionan sobre su práctica, que
tienen habilidades intelectuales y competencias didácticas, que demuestras
poseer un dominio de los contenidos, que se identifican con su profesión y que
perciben las condiciones en las que se desenvuelven los estudiantes y
reaccionan a ellas.
Y es que un buen
maestro debe conocer en qué ámbito se mueve, por qué, en qué momento… y tener
capacidad de cambiar camaleónicamente a los cambios producidos día a día, porque
ser maestro no es una profesión estable, monótona, sino que está en continuo
cambio, diariamente, y es necesario amoldarse a ella con todos los recursos
necesarios.
Según Hunt, cinco
cualidades comunes a los buenos docentes: docentes que están comprometidos con
los estudiantes y su aprendizaje; conocen las materias que se enseñan (muy importante a la hora de transmitir
seguridad y conocimientos) y saben cómo enseñarla; son responsables de la
gestión y monitoreo del aprendizaje estudiantil; piensan sistemáticamente
acerca de sus prácticas y aprenden de la experiencia y son integrantes de comunidades
de aprendizaje.
El desarrollo empírico
acerca de qué cuestiones prácticas nos permitiría distinguir a un docente
eficaz (de otro que no lo es tanto) es todavía escaso. Pero si que hay varias
características comunes que los podrían definir: destacan el compromiso y la
actitud positiva hacia los estudiantes y su aprendizaje; conocimiento de las
materias que enseña, como ya hemos explicado anteriormente y de las metodologías
para impartirlas, capacidad de generar un clima de trabajo, estudio y
motivación en los estudiantes…
En definitiva, un buen
docente debe reunir algunas, mejor todas estas cualidades y más. Un docente se
crea día a día, mejora con las experiencias, y busca nuevas alternativas. No se
puede elaborar un listado de capacidades básicas para una buena docencia, ya
que el docente opera en un contexto con un cierto número de particularidades.
En este texto se
explica que existen dos dimensiones: la dimensión cognitiva-académica (transmitir
conocimiento, midiéndolo, recurriendo a las calificaciones numéricas, cosa
injusta, ya que como estamos debatiendo constantemente en clase el conocimiento
es difícil medirlo con una seria de números.)
Y la dimensión
vincular-actitudinal ( transmitir valores morales y éticos inherentes al
ejercicio docente, algo con lo que no estamos de acuerdo, ya que ambas dimensiones deberían fusionarse en una, a la
vez que estás transmitiendo conocimiento, debes predicar con el ejemplo transmitiendo
valores, no tratarlo como algo independiente, pensamos que ambos van de la
mano)
Una de las fases más importantes del “aprender a enseñar” es la etapa
comprendida por los primeros años de docencia, y denominada “fase de iniciación
o inserción profesional en la enseñanza”. Y es en esta etapa que el desarrollo
de capacidades básicas para una buena enseñanza es crucial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario